Tal es la calidad del románico de este valle que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La Vall de Boí es el municipio más extenso de la comarca catalana de la Alta Ribagorza en la provincia de Lleida, Está compuesto por varios valles y sierras, situados en la zona nororiental de la comarca y conocidos también conjuntamente como valle del Noguera de Tor (principal afluente del río Noguera Ribagorzana). La cabeza del municipio se sitúa en la localidad de Barruera, que le dio nombre hasta 1996.
Todo empezó cuando una familia feudal, los Erill, trajo al valle a los picapedreros, maestros de obra y artesanos, que en pocas décadas levantaron ocho iglesias y una ermita. Así, las iglesias románicas del Valle de Boí son el reflejo artístico de una sociedad estructurada en torno a las jerarquías eclesiásticas y señoriales, personificadas en este caso en los señores de Erill y el obispado de RODA DE ISÁBENA (enlace a nuestra publicación), promotores de los templos del Valle.
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RODA DE ISÁBENA |
Dentro de esta sociedad medieval, la iglesia cumplía no sólo una función religiosa, sino que también tenía un importante papel social, como lugar de reunión y refugio del pueblo. En el caso del Vall de Boí, esta función social de los templos se evidencia en la utilización de sus esbeltos campanarios de torre como elementos de comunicación y vigilancia.
Una de sus características principales es la unidad de estilo arquitectónico, pues todas son construcciones realizadas durante los siglos XI y XII siguiendo los modelos provenientes del norte de Italia, el románico lombardo, que se caracteriza por la funcionalidad de sus construcciones, el cuidadoso trabajo de la piedra, los esbeltos campanarios de torre, y la decoración exterior de arcos ciegos y bandas lombardas.
Cabe destacar igualmente, los conjuntos de pintura mural que albergaban las iglesias de Sant Climent y Santa María de Taüll y Sant Joan de Boí, actualmente conservados en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), así como todas las tallas producidas por el Taller de Erill, a destacar el Descendimiento de Santa Eulàlia d'Erill la Vall.
Las ocho iglesias y la ermita, declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO que plasman este impresionante conjunto románico de la Vall de Boí, está formado por las siguientes edificaciones:
IGLESIA DE SANTA MARÍA (CARDET)
En la visita al VALL DE BOÍ, también descubrimos un jardín de aguas mágicas que parece sacado de una novela romántica de principios
de siglo. Es el BALNEARIO
DE CALDES DE BOÍ (enlace a nuestra publicación), un paraíso botánico y acuático, a 1.470–1.500 metros de altitud,
que ostenta un Récord Guinness por
la mayor variedad de aguas termales reunidas en un solo balneario.
Son, nada más y nada menos que 37 manantiales
con diferentes temperaturas y composiciones químicas (varían entre los 4 °C y
los 56 °C, siendo cloruradas, sulfuradas, sulfatadas, bicarbonatadas; más sodio
en las calientes y más calcio en las frías). Algunos huelen a azufre, otros
saben a hierro, y todos tienen algo mágico.
Así, que si alguna vez necesitas un respiro
profundo, un paseo lento o un baño que vaya más allá de lo físico... recuerda
que, en un hermoso rincón del Pirineo, hay un balneario donde el agua sigue
hablando. Y tú estás invitado a escucharla.
TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
https://www.vallboi.cat/es/iglesias-romanicas
https://es.wikipedia.org/wiki/Iglesias_rom%C3%A1nicas_del_Valle_de_Boh%C3%AD
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