La Basílica de Sant Feliu es un libro
abierto… pero sin índice y con las páginas desordenadas a propósito. Su
historia empieza en época
paleocristiana, coquetea con el románico, se enamora del gótico, se enriquece
con matices barrocos y decide no romper jamás con ninguno. Situada extramuros,
fue testigo de asedios y ataques que obligaron a fortificarla. De todo ello nace una mezcla armoniosa:
una conversación entre siglos que aún no han querido despedirse.


Además, durante mucho tiempo, antes de que la
CATEDRAL le robara protagonismo, fue
la iglesia más importante de la ciudad. Y se nota: en sus muros, en su porte y
en esa dignidad tranquila de quien ya no necesita demostrar nada.

El origen del edificio late junto a una
antigua calzada romana, allí donde se cree que se alzaba el martyrium, la primera iglesia
paleocristiana. En ese lugar sagrado habría muerto —o sido enterrado— el mártir san Félix, víctima de la persecución del emperador Diocleciano en el año 305. Su figura debió
de inspirar una devoción profunda, pues el propio rey Recaredo ofreció a
la iglesia una corona votiva, símbolo de fe y protección. Durante la ocupación
musulmana de Gerona (717) parece que la antigua iglesia tuvo funciones
catedralicias, ya que la catedral había sido convertida en mezquita. Después de
la conquista franca, hacia el final del siglo VIII, alojó una comunidad de
presbíteros dependiente de la catedral, a la que quedaría fuertemente ligada
desde entonces.

Su nueva FACHADA,
barroca y sobria, huye del exceso decorativo: aquí manda la piedra y la
historia, coronadas por un gran rosetón que filtra la luz como un ojo antiguo
atento al paso del tiempo. En ella, su puntiagudo CAMPANARIO (s. XIV‐XVI), sustituto del antiguo románico, parece una exclamación gótica clavada en el cielo azul, como diciendo: “Aquí pasa algo importante desde hace siglos”.


Las otras dos PORTADAS al templo, de trazo gótico, se esconden en el costado sur
y en la parte norte, como puertas secundarias que invitan a entrar sin prisas,
guiadas por la discreta elegancia de la piedra. La portada del lado norte se
muestra deliberadamente austera: era la puerta que comunicaba el claustro
gótico con el interior del templo, un paso más funcional que ceremonial. Sobre
ella destacan el matacán y las estrechas ventanas en forma de aspillera,
pequeños gestos que refuerzan el carácter defensivo que tuvo el edificio.

La puerta del muro sur fue durante siglos la
entrada principal al templo, antes de que la fachada actual reclamara ese
protagonismo. Aún conserva restos de la policromía añadida con el paso del
tiempo, como si la piedra se negara a olvidar los colores que una vez la
vistieron. En el tímpano, la Virgen preside la escena, flanqueada por Sant
Narcís y Sant Feliu, guardianes eternos de la ciudad y su memoria.
A ambos lados del acceso, arcos ciegos
apuntados decorados con delicadas tracerías góticas se disponen a modo de
arcosolios. En su interior reposan numerosas laudas sepulcrales, silenciosos
nombres que convierten este muro en un diálogo entre la vida y la muerte, entre
la fe y el recuerdo.

Adosado al muro de la nave se encuentra la
réplica de un antiguo sarcófago —el original se conserva en el interior del
templo— perteneciente a la familia Sitjar. En su frontal, dos ángeles sostienen
un círculo donde brillan el sol y, en su centro, el Agnus Dei: un símbolo de
luz, sacrificio y eternidad esculpido para resistir al tiempo.

Ya en el INTERIOR,
la luz entra con timidez, creando esa atmósfera de
recogimiento que induce al silencio. Las tres naves góticas, altas y esbeltas, te envuelven con una solemne calma que invita a caminar despacio, como si el suelo fuera de cristal.




Están separadas por cuatro arcos
formeros de medio punto a cada lado de la nave central, que elevan la
vista de manera natural, como si el edificio te pidiera mirar hacia arriba para
descubrir el hermoso TRIFORIO.
La nave central conduce hasta un gran ábside
semicircular de origen románico, perforado por esbeltos ventanales góticos que
dejan entrar la luz como un susurro dorado.


El retablo que preside el altar mayor,
de factura moderna, dialoga con el pasado sin intentar imponerse, consciente de
encontrarse ante siglos de historia.

Aquí, el principal atractivo está constituido
por ocho extraordinarios SARCÓFAGOS ROMANOS Y PALEOCRISTIANOS (siglos III
y IV) encontrados al construirse la iglesia, que ahora descansan suspendidos en
las paredes, flotando entre la fe y el arte, recordándonos que aquí el pasado
no duerme: medita.

Sus relieves narran escenas bíblicas y
símbolos del cristianismo primitivo como si la piedra hubiera aprendido a
contar historias. Una auténtica joya histórica, única y la más numerosa de la
península, que transforma a Sant Feliu en un pequeño museo arqueológico donde
el arte y la fe se dan la mano.

En el muro sur (derecho) del presbiterio, el
más cercano al altar de la parte superior, vemos un SARCÓFAGO DE FRISO CONTINUADO. Su datación se sitúa en época
constantiniana entre los años 315-325 d, en el que se representan siete escenas
del Nuevo
Testamento:
1) El arresto de San Pedro que es llevado preso por dos soldados; 2) La
curación del paralitico; 3) Milagro de la boda de Canaán. 4); La multiplicación
de los panes y de los peces. 5) Jesús cura a un ciego; 6) Negación de San Pedro
o escena del gallo. 7) Milagro de la fuente.

Bajo este, vemos uno donde en medio de su
decoración estrigilada se abre una pequeña almendra en cuyo interior vemos a
una figura con los brazos abiertos en actitud de orar. A ambos lados del
sarcófago se presentan dos pastores, uno más joven y el otro maduro y barbado,
que sostienen en sus hombros un cordero. Las representaciones del Buen Pastor y
el orante constituyen dos de las imágenes más representativas del arte
cristiano primitivo.

A la derecha de la puerta y en la zona
superior se muestra uno con la misma decoración estrigilada, pero este con tres
zonas diferenciadas. En la parte central aparece un orante, quizás el difunto,
acompañado por dos jóvenes imberbes. En la escena izquierda aparece San Pedro prendido por dos soldados,
mientras que en la derecha Cristo realiza el milagro de la curación al ciego.
Ambos sepulcros se datan de período preconstantiniano (305-312).
Bajo este vemos el SARCÓFAGO PAGANO DEL RAPTO DE PROSERPINA realizado
con mármol de Paros y que supera los dos metros de longitud. Podemos datarlo en
torno al 230 d.C., siendo el más antiguo de todo el grupo. A modo de escena
continua, representa el rapto de Proserpina en tres actos diferentes: a la
izquierda vemos a Ceres en su carro
acompañada por varias deidades de la naturaleza. En la escena central se
representa el propio rapto: vemos como Plutón tira del
brazo de la muchacha, que se encuentra arrodillada. Aparecen otros dioses de
fondo que podemos identificar por sus atributos: Diana, Mercurio, Minerva y
Júpiter. En la secuencia de la derecha apreciamos como Plutón se lleva a la
joven en un carro hacia el anochecer.

Siguiendo el mismo orden, pero ahora en el muro
norte (izquierdo) del presbiterio vemos un segundo SARCÓFAGO DE FRISO CONTINUADO que cronológicamente se sitúa
hacia el año 310. Se trata de un sarcófago en el que se yuxtaponen nueve
escenas diferentes de forma continuada, lo que lo convierte en excepcional, ya
que normalmente aparecen un máximo de siete u ocho escenas. Entre ellas, además
de las mencionadas en el primero, vemos “El sacrificio de Abraham“, “la
resurrección o la visión del profeta Ezequiel o “Cristo
triunfante sobre el león y la serpiente”.

Bajo este, otro sarcófago paleocristiano de
friso continuado, también llamado SARCÓFAGO
DE SANT FELIU, datado también en época constantiniana. En el podemos leer ocho
escenas diferentes, muy similares a las del primer sarcófago mencionado, donde
se añade la Resurrección de Lázaro . Se ha popularizado la creencia de que
este acoge los restos del santo, y su emplazamiento ha variado a lo largo de
los siglos. Las fuentes textuales recogen que inicialmente estaría sobre el
altar mayor, donde permaneció hasta bien entrado el siglo XIX. Tras sufrir
daños en la Guerra Civil, se decidió empotrarlo en presbiterio junto con los
demás sarcófagos para protegerlo.
En el izquierdo superior vemos el tercer sarcófago
paleocristiano de friso continuado, cuya datación se sitúa alrededor del año
310 d. Se trata de un sarcófago en el que se unen cinco escenas diferentes de
manera continuada que representan la historia de la casta Susanna ,
contada en el capítulo 13 del libro de
Daniel al Antiguo
Testamento .
En la iconografía cristiana antigua, la figura de Susana, salvada por la
intervención del profeta Daniel de
morir al ser falsamente acusada de adulterio , constituía una de las
representaciones iconográficas que ilustraban la idea de la ayuda de Dios en la
salvación de los hombres buenos y, por tanto, puede considerarse como un
símbolo del alma del difunto. La historia transcurre de derecha a izquierda.
En el extremo derecho, Susanna se encuentra en su jardín, entre árboles,
flanqueada por dos viejos que intentan tentarla. A continuación, en la
siguiente escena los dos ancianos rechazados cogen y conducen a Susana a casa a
su marido Joaquín, de la que vemos el frontón y dos columnas, para acusarla de
adulterio. La siguiente escena es el juicio contra Susanna. Asisten al juicio
Daniel, a la izquierda de los ancianos, y la madre de la acusada detrás de
ésta, así como a diferentes espectadores. En la cuarta escena, Daniel absuelve
a la mujer imponiéndole su mano derecha y en el extremo izquierdo, en la última
escena, los dos ancianos son conducidos hacia un castigo.
Por último y bajo ese, el SARCÓFAGO PAGANO DE LA CACERÍA DE LEONES,
datado hacia el 305 y 335 d.C. Representa en una sucesión de escenas la cacería
de leones, deporte principesco por excelencia. Un ejemplo similar se puede
observar en un sarcófago de los museos capitolinos.
El tema tiene un carácter funerario: la lucha del hombre (el cazador) contra la
muerte (el león). En el friso podemos distinguir cuatro escenas: En el lado
izquierdo, un jinete acomete una leona con dos cachorros que, a sus pies, tiene
un hombre que se protege con un escudo; en segundo plano hay otros dos
cazadores. A continuación (siguiendo hacia la derecha), un jinete con casco da
una lanzada a un león que se encuentra boca arriba. Acto seguido, un jinete
lucha contra un león al que le ha dado una lanzada. A los pies de la fiera se
puede observar otro cazador y su montura caídos, debajo del caballo un cachorro
de león y detrás del cazador una figura femenina, vestida con túnica hasta las
rodillas que lleva un carcaje en la espalda. Se observan otros dos jinetes
detrás del león, uno de los cuales, con casco, también da una lanzada al león.
Por último, en el extremo derecho del sarcófago, una leona lucha contra un
jinete y un soldado con casco.

Seguimos el recorrido por las naves
laterales. La del lado sur conserva dos absidiolos que no existen en la nave
norte, desaparecidos cuando la estructura fue transformada para levantar, entre
1782 y 1792, la CAPILLA DE SAN NARCÍS. El proyecto fue obra del célebre arquitecto Ventura Rodríguez
y ocupó el espacio donde antaño se extendía el claustro gótico, derruido ya en
1374. Aquí, la historia no se borra: se superpone.



La capilla alberga el extraordinario SEPULCRO GÓTICO DE SAN NARCÍS, patrón
de Girona y protagonista de una de las leyendas más queridas de la ciudad.
Cuenta la tradición que sus famosas moscas
protegieron Girona de los invasores y que, desde entonces, el santo vela por
ella con discreción divina. Cada octubre, durante las Festes de Sant Narcís, la
ciudad estalla en flores, música y vida, mientras la basílica, silenciosa
testigo, sonríe en piedra porque sabe que la tradición sigue viva.

El sepulcro, realizado en alabastro por el
maestro Juan de Tournai
y concluido el 29 de octubre de 1328, muestra al santo yacente sobre un
sarcófago ricamente decorado con escenas de su vida. Todo en él invita a
detenerse y mirar sin prisas, como quien escucha una historia antigua contada
en voz baja.

Preside la capilla un baldaquino que cobijó
un nuevo sepulcro de mármol recubierto de plata cincelada, encargado a José
Puig hacia 1800. En él se custodiaron los restos del santo entre 1792 y 1936.
Sobre el conjunto se alza una nueva imagen de San Narcís, la anterior destruida
en los trágicos sucesos del 36.

La bóveda se cubre con las pinturas de Manel Tramulles i Roig,
que representan el martirio del santo en pleno acto de la misa. Soldados
vestidos a la usanza romana arremeten contra él con largas picas, mientras, en
lo alto, ángeles descienden portando los símbolos del martirio. A la derecha,
una matrona sostiene el escudo de la ciudad. En la cúpula del camarín se abre
una visión gloriosa: la Trinidad acoge a San Narcís, presentado por la Virgen,
rodeado de santos de todas las épocas, identificables por sus atributos, entre
reyes del Antiguo Testamento y profetas.

A ambos lados de la capilla reposan los MAUSOLEOS
de Álvarez
de Castro, gobernador y defensor de la ciudad durante la Guerra de la Independencia
Española, y el dedicado a LAS
HEROÍNAS DE SANTA BÁRBARA, unas doscientas mujeres que participaron
activamente en la defensa de Girona durante el asedio de 1808 y 1809. Su
memoria, aquí, permanece en piedra.



Las restantes capillas laterales están
dedicadas a distintos santos y conservan retablos barrocos y detalles góticos
que ilustran la evolución artística del templo. Una de ellas guarda un
impresionante Cristo yacente del siglo XIV, obra del maestro Aloi de Montbrai, cuya delicadeza y expresividad lo sitúan entre las mejores muestras de la escultura gótica catalana.
Cuando salgas, GIRONA (enlace a nuestra publicación) seguirá ahí —con sus calles,
su río y sus cafés— pero tú llevarás algo más contigo: la certeza de haber
rozado un fragmento de eternidad… aunque solo haya sido por un instante. Porque
hay lugares que no se visitan: se recuerdan.

TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA
PUBLICACIÓN HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
https://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_San_F%C3%A9lix_(Gerona)
https://www.arteguias.com/basilica/basilica-sant-feliu-girona.htm
https://www.bisbatgirona.cat/es/parroquies/c/1184-girona-basilica-parroquial-de-sant-feliu.html
https://www.artmedieval.net/castella/Sant%20Feliu%20de%20Girona.htm
https://ca.wikipedia.org/wiki/Conjunt_de_sarc%C3%B2fags_romans_de_Sant_Feliu_de_Girona
https://www.romanicodigital.com/el-romanico/imagenes-romanico/aspecto-general-fachada-gotica-sant-feliu-girona
https://www.pedresdegirona.com/separata_capella_st_narcis.htm
https://www.pedresdegirona.com/separata_sant_narcis_1.htm
VISITA OTROS SORPRENDENTES LUGARES DE LA PROVINCIA DE GIRONA EN EL ENLACE.