Durro es
otra joya del Vall de Boí. Con menos de un centenar de habitantes, es sorprendente que este diminuto
rincón de los Pirineos cuente con dos monumentos declarados Patrimonio de la
Humanidad: la Iglesia de la Nativitat de Durro y la Ermita de
Sant Quirc.
Son
contemporáneas de las iglesias de Taull, Bohí y Erill
la Vall y probablemente hecha por los mismos maestros constructores.
Por lo
que concierne a la villa, aparece por primera vez documentada en los pactos y
convenios feudales realizados entre las dos ramas condales de Pallars y que
condujeron a la división del condado, en la segunda mitad
del siglo XI (1064-1067). En estos documentos se reconocía a
Durro como posesión del conde Ramon IV de Pallars Jussà, al que
unos años después, en 1070, los hombres del valle de Boí, incluido Durro,
hicieron juramento de fidelidad.
A
principios del siglo XII, la familia de los Erill dominaba buena
parte del valle de Boí y su entorno, y las iglesias y parroquias dependían del
obispado de Roda, importante centro religioso y de creación artística; muchas
de estas edificaciones y de sus programas decorativos se han atribuido
a la labor de promoción del obispo Ramón Guillem (San Ramón de Roda) así
como al poder de los Erill.
No
sabemos hasta qué punto la parroquia de Durro contó con esos apoyos.
Lo cierto es que hasta mediados del siglo XII dependieron de ese
obispado.
A partir
de 1140, la parroquia de Durro se integró, al igual que todo el
valle, al obispado de Urgell, donde sabemos que disfrutó de un régimen de
autogobierno que se basaba en el sistema de co-rectorías, organización que se
comprueba por primera vez con la visita papal de 1373 en la cual participó,
junto con otros sacerdotes, el vicario de Durro Pere Amigó, co-rector
de la parroquia en ese momento.
Unos
años después, 1399, se tiene noticia de que se otorga una parte o co-rectoría de la iglesia de
Durro a un presbítero nacido en la villa y para 1566 eran diez o doce los
co-rectores que tenía la parroquia, el mayor número de todo el valle.
La
iglesia de la Nativitat de la Mare de Déu está construida con
sillares dispuestos en hileras horizontales, que demuestran el trabajo de un
buen cantero.
En el
muro norte se abre una puerta de acceso, de medio punto, con dovelas que
conservan algo de la decoración pintada en el intradós.
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Imagen recogida
de: httpswww.centreromanic.comwp-contentuploads202203Nativitat_Durro_1.mp4 |
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Imagen recogida de: httpwww.arquivoltas.com7-LeridaDurro%20g04.JPG |
Las arquivoltas están rodeadas por un guardapolvo con decoración de ajedrezado, motivo geométrico románico que se repite a lo largo de la cornisa de este muro.
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Imagen recogida
de: httpwww.jdiezarnal.comelvalledeboiiglesiadelanatividad.html# |
La fachada occidental a los pies del templo es completamente lisa, solo interrumpida por un vano muy modificado en épocas posteriores. En la parte superior podemos ver dos pilares truncados que correspondían a una espadaña hoy desaparecida.
La torre
campanario está situada en el ángulo nordeste, al inicio del muro norte cerca
de la cabecera.
Es de
planta cuadrada y comprende cinco pisos, la división entre los pisos está
marcada por frisos de dientes de sierra y debajo, arcos ciegos, esquema que se
repite en las torres del valle de Boí, aunque carece de las proporciones
esbeltas de otras torres.
También
ha sufrido transformaciones como la sustitución de los vanos pareados
románicos de medio punto por arcos ojivales en el tercer y cuarto piso, en los
que hay ventanales muestran que fueron retocados para adecuarlos a vanos de
campanas.
Probablemente
la torre fuera más alta, y el tramo alto, reducido a la mitad de su altura
primitiva, muestra signos de haber tenido ventanal, en su primer piso, hoy cegado.
A juzgar por la muestra del primer piso, se supone que los huecos de las ventanas fueron en su origen partidos, siguiendo el modelo de las torres del valle. El último piso está cubierto por un tejado de pizarra.
Todas las torres del valle de Bohí siguen el canon de los minaretes, en los que la altura es igual al perímetro.
Adosada al muro norte y comunicada con la nave central por medio de dos grandes vanos se edificó una nave gótica que continúa el perfil del lienzo norte del crucero.
Consta
de una sola nave, dividida en cuatro tramos, bastante larga y con bóveda
de cañón corrido, que descansa sobre arcos fajones.
Tuvo ábside de tambor, decorado en su exterior con motivos lombardos de arquillos ciegos y esquinillas, desaparecido por derrumbamiento, en cuyo espacio se levantó la sacristía.
En el siglo XIII se reformó con la construcción de una bóveda y la sustitución de parte del ábside semicircular por una nave trasversal que sobresale en el porche del lado sur. Este porche ya había sido añadido en la segunda mitad del siglo XII.
En la época del gótico se añadieron en el muro norte las dos capillas unidas entre sí con bóvedas apuntadas y cubiertas con arcos de crucería.
En una de ellas está el retablo del Rosario del siglo XVII, 1621, dedicado a la Virgen con escenas de su vida en la predela: Anunciación, Virgen dando el Rosario a Santo Domingo y la Visitación. Actualmente se conoce como el de la Concepción de Nuestra Señora.
Anunciación. |
Virgen dando el Rosario a Santo Domingo. |
La Visitación |
En el ático se reconoce la fecha en que se termino y quienes lo costearon.
Y en la otra el del Santo Cristo del siglo XVIII, barroco, de 1732.
Dedicado a la Pasión de Cristo en la Cruz.
La figura actual , fue realizada por el
escultor Josep
Viladomat en los años 60, un regalo de los concejales andorranos al obispo Ramón,
hijo de Durro, que lo donó a la iglesia para completar el retablo de la pasión.
El Cristo
original, actualmente desaparecido, lo conocemos gracias a una fotografía de
principios del siglo XX, que muestra un buen estado de conservación. La imagen románica
presidió, entre el siglo XVIII y el año 1936, el retablo barroco de la pasión, que
se podía ver en la capilla de la iglesia desapareciendo durante la guerra civil
española.
El retablo
mayor es del siglo XIX, con imágenes de la Madre de Dios, San José y
San Joaquín.
La
monumentalidad de la iglesia de la Nativitat da testimonio de la importancia
del pueblo de Durro en la Edad Media. Destacan las grandes proporciones de la
nave, el campanario, la portada esculpida y el pórtico.
Es un
templo canónicamente orientado, originalmente a base de nave única y planta de
cruz con dos pequeñas capillas laterales que remataban al este en ábside
semicircular, al igual que la nave principal.
El ábside norte ha desaparecido, si bien queda huella del perfil de su embocadura en el lienzo este de la planta baja de la torre.
El ábside central, amputado por alguna reforma permite aún ver parte de su hechura lombarda en el lado sur, a base de una serie de arquillos ciegos apeados en ménsulas sencillas.
Por delante la sacristía añadida, limita la visión del
cilindro absidal sur, que muestra aspecto de haber sido rehecho en su zona
alta.
La
arquería ciega se prolonga por lo alto de los muros laterales del templo.
En el muro sur, bajo porche, la portada original, de elaborada hechura. Muestra cinco arquivoltas de medio punto, tres de arista e intercaladas las dos intermedias de baquetón apeado en capiteles y columnas. Por fuera, dobladura del arco a base de moldura de ajedrezado jaqués labrado en piezas calizas de color más claro.
Sobre la
dobladura descrita, un crismón labrado en sillar también calizo, muestra un
modelo trinitario de tipo oscense, de seis brazos, con sus símbolos en
posición ortodoxa.
Luce
como un círculo inscrito en un cuadrado que en las esquinas superiores muestra
dos pájaros afrontados, que recuerdan la iconografía paleocristiana de los
pavos bebiendo de la fuente de vida, y en las inferiores dos leones de factura
y apariencia muy similar a los que figuran en uno de los capiteles de la
portada. No obstante, uno de estos cuadrúpedos podría ser un toro y así hacer referencia, junto al león a dos de
los evangelistas, Lucas y Marcos. El resto de los espacios está ocupado por
motivos vegetales de hojas entrelazadas que se parecen a las del tambor de los
dos capiteles internos de las jambas.
Los capiteles que decoran la portada, en número de cuatro, son difíciles de contemplar en detalle, dado el material calizo jaspeado en que están labrados.
En los interiores, a nuestra izquierda una fiera con cabeza vuelta sobre su lomo y al interior una cabecita rehundida. Dos leones y un personaje en la esquina al que parecen lamer con larga lengua. En los laterales, decoración vegetal.
Como en otras iglesias del valle, en la puerta de acceso a la iglesia encontramos un cerrojo de forja medieval. En este caso hay que fijarse en la plancha que refuerza la cerradura, que está decorada con cenefas de motivos geométricos de los que sobresalen cuatro estructuras que nos recuerdan la silueta de los castillos medievales. En el centro, una figura humana muy esquemática señala una de las torres que encontramos rodeando la cerradura. Un elemento vegetal y dos animales cuadrúpedos que nos recuerdan caballos completan la escena. Este conjunto de figuras incisas recuerda a una escena de caballería medieval.
El pasador del cerrojo está decorado con motivos geométricos y coronado en el extremo derecho con una cabeza de animal, este no puede ser anterior al siglo XIV.
Debajo
del envigado que lo cubre, corre una cornisa decorada con ajedrezado.
Como en
la iglesia de Sant Joan de Boí también conserva unos grafitis de época
medieval, frente al camposanto.
Las vistas hacia el valle, son ciertamente bellas desde este lugar.
Al interior, el templo se estructura en cuatro tramos divididos por fajones que continúan por medio de pilastras adosadas sin intermedio de imposta ni capitel. Sobre ellas, bóveda de medio cañón.
A los pies se asienta un coro alto de madera en el que se expone un pequeño museo con piezas del templo, como los fragmentos de la talla del XII de Nicodemo.
Hoy la figura del supuesto Nicodemo está instalada en una vitrina de dicho coro y los fragmentos se han colocado
siguiendo la postura de este personaje que desclava el brazo de
Cristo con las tenazas.
Entre los muebles, un banco de madera, probablemente presbiteral, llama la atención por su excepcional carácter y su importancia, con un respaldo formado por seis intradoses decorados, tres de los cuales corresponderían a la carpintería de los siglos XV-XVI y otros dos tienen patrones cortados e interrumpidos, sin duda de origen románico reaprovechados.
Un trono del siglo XVI, el setial dentro de una iglesia se consideraba el asiento de mayor prestigio, en tanto que señalaba a su ocupante como personaje principal del grupo, era la silla para el oficiante de la misa y se situaba en un lugar destacado del presbiterio, normalmente a la izquierda, frente al banco del señor.
Desde el coro, se puede contemplar una de las cruces de consagración, en el muro norte.
A la
entrada, del lado norte hallamos la pila bautismal en forma de copa, sin
decoración y con un copete que vemos repetidos en alguno de los templos de
valle.
Es románica del siglo XII, al igual que la que hemos visto en Sant Feliu de Barruera, es un bloque compacto semiesférico de granito muy rudimentario, de forma simétrica muy poco elaborada, con un capuchón de cobertura del siglo XVIII que protege el agua del recipiente.
Igualmente, escultóricamente poco elaborada es la pila de agua bendita.
En el
exterior a la entrada del muro sur la que podría ser una pequeña pila de
diezmos, lo que haría la tercera de las pilas distintivas de las
iglesias románicas.
El cilindro absidal principal está oculto tras el retablo barroco del templo.
Por medio de un gran vano moderno se accede al brazo sur del crucero que es hoy capilla gótica donde podemos apreciar el cilindro absidal sur original.
Dedicado a San Juan, del siglo XVIII, 1700-1720, y cubierto con cúpula .
Con posterioridad, se sustituyó este ábside primitivo, hoy desarticulado, por un cuerpo de planta semitrapezoidal construido con los sillares de la cabecera derribada, y que funciona como sacristía.
Otro también barroco en una hornacina de este muro sur, esta el retablo ofrecido a San Antonio del siglo XVIII, 1732. En la parte superior vemos representado San Antonio Abad y en la parte inferior San Antonio de Padua.
La
iglesia de la Nativitat de la Mare de Déu ha sufrido serias
transformaciones a lo largo de su historia.
Estos son los planos de los distintos espacios realizados en los distintos siglos
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Planos recogidos de: httpswww.elturistatranquil.comwp-contentuploadsF56-La-Nativitat-de-Durro-Lleida.jpg |
Es un
edificio modesto debido a que no contó con disponibilidad de recursos, pero de
considerables proporciones, compuesto por una nave larga y estrecha.
Se ilumina la iglesia por un solo ventanal central en el muro de poniente de arco de medio punto a la altura del coro.
Todo el conjunto está cubierto por una techumbre a dos aguas recubierta con pizarra.
Para
terminar con la historia de la iglesia, sólo añadiremos que en el
siglo XVI se llevó a cabo otra reforma que incluyó un nuevo retablo
mayor, del que sólo quedan tablas aisladas, y la capilla del
Santo Cristo, ubicada en el muro norte, donde se colocó la figura del
crucificado que daba nombre a la capilla se trata del Cristo del
Descendimiento románico de esta iglesia. En el siglo XVIII se
construyó un segundo retablo para esta capilla, donde se volvió a colocar al
Cristo.
Por
último, en el siglo XIX la iglesia sufrió nuevamente importantes
reformas con el tratamiento de sus muros, el pintado y dorado del retablo mayor
(1848).
El altar está presidido por el retablo de Santa María, obra del barroco tardío de 1755, es el último retablo que se hace para la iglesia.
En la parte inferior encontramos las 4 vírgenes mártires con sus atributos:
Santa Ágata, |
Santa Bárbara. |
Santa Lucia. |
Santa Engracia. |
Durante la guerra civil el retablo sufre daños, así que las figuras actuales son modernas. En el centro, María y el Niño Jesús.
La escultura de madera policromada presenta a María sentada en un asiento del tipo cofre moldurado, con los pies apoyados en un escalón figurado y vestida con un manto que le cubre parte de la espalda y le cruza por delante. Los bordes del manto, de la túnica, del cuello y la parte inferior están decorados con punteado. Sobre su rodilla derecha sostiene al Niño, que aparece coronado y bendice con su mano derecha, mientras que coloca la izquierda, cerrada, sobre la rodilla. Su indumentaria es la habitual en las representaciones iconográficas de la Sedes Sapientiae. Parece que la Virgen podría haber llevado un objeto en la mano izquierda, el cual ya no figura en la fotografía.
A la izquierda San José, padre putativo de Jesús.
Y a la derecha, San Joaquín con María, su hija, niña.
Se indica
que en 1848 se terminó de dorar el retablo y quienes lo hicieron posible.
La bóveda que cubre el ábside
central, se embellece con un motivo floral en su centro y dos formas de pájaros
que custodian el retablo.
La otra reforma surge con el cambio del pavimento de la losa tradicional al entarimado de madera, que elevó el nivel del piso de toda la iglesia.
En el año 1980 fue declarada monumento histórico-artístico, y tres años después el Servicio del Patrimonio Arquitectónico de la Generalitat de Cataluña la restauró por primera vez.
La
última intervención que sufrió la iglesia fue a finales del año 2000,
en que la misma institución cambió los tejados, restauró algunos retablos y
encontró entre los escombros, los restos de la figura de Nicodemo del
Descendimiento.
Se pone
en valor una imagen de mujer aparecida en su campanario, con el característico
bonete del siglo XIII. La figura de la Virgen, en 1920 todavía debía
de encontrarse en el campanario, pues se conserva una fotografía, fechada en
ese año.
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Imagen recogida de
httpswww.museunacional.catsitesdefaultfilesimagesart_piecefirst_gallery34738015895-000.JPG |
En un principio, se confirmó que había formado
parte del Descendimiento de esta iglesia, por el gran parecido que guardaba con
el grupo descubierto en Taüll también en 1907, y como con el de Erill la Vall.
En
cuanto al lugar donde se podía haber ubicado, este Descendimiento, se ha
pensado que estaría alineado en una viga que iría de costado a costado a unos 3
m de altura, en el arco de entrada al presbiterio, encima del altar o a la
entrada del coro, como en el caso de otros conjuntos, aunque esto no deja de
ser una mera suposición.
Hasta antes de la campaña de restauración de 2000-2002, la Virgen era la única figura conservada de este Descendimiento de Durro, grupo del que hay poca documentación anterior al siglo XX, y posteriormente los restos de Nicodemo aparecidos en las excavaciones, de 2001.
Un Descendimiento de madera, muy relacionado con las tallas de la iglesia de Erill-la-Vall del siglo XII, del cual sólo queda la figura de la Virgen, que se guarda en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, junto con una fotografía del Cristo cuya imagen se quemó en el año 1936, durante los disturbios preliminares a la guerra civil española. En el interior de la iglesia se expone la estropeada imagen de Nicodemo.
Por último, ya en el siglo XX, se llevó a cabo una intervención para rehabilitar y reacondicionar todo el conjunto que podemos disfrutar en la actualidad.
El otro templo en Durro, San Quirce, se sitúa en un cerro al sur del de la Natividad.
TODA LA
INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES
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https://www.centreromanic.com/es/iglesia/nativitat-de-durro/
https://www.rutasconhistoria.es/loc/iglesia-de-la-natividad
http://www.arquivoltas.com/7-Lerida/01-Durro1.htm
http://www.jdiezarnal.com/elvalledeboiiglesiadelanatividad.html
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