MADREMANYA

 

Madremanya es uno de los pueblos convertidos en joyas monumentales medievales que podemos encontrar entre Girona y La Bisbal d'Empordà. Su nombre viene del latín “Matrem Magnam”, que significa "madre grande", nombre que recibía la diosa Cibeles.


El núcleo antiguo de Madremanya se encuentra en un estado de conservación notable, manteniendo la estructura urbana de orígenes medievales y dos de sus principales entradas a la antigua muralla, la puerta norte y la oeste.

Una gran parte de las casas de piedra nos muestran su antigüedad a través de elementos arquitectónicos y decorativos de los siglos XVI, XVII y XVIII.

Las calles, estrechas y tortuosas, se esconden bajo los porches o se abren a pequeñas plazoletas. Por todos esos callejones adoquinados podemos admirar portales adovelados o con dinteles inscritos de los siglos XVII y XVIII, ventanales con elementos góticos o renacentistas o casas de piedra que respiran historia por los cuatro costados. Un conjunto que nos traslada a otra época.

El origen de Madremanya hay que buscarlo en los inicios de la Edad Media. El primer dato conocido es del 834, cuando el obispo de Girona, Gotmar, obtuvo de Luis el Piadoso la posesión de una finca llamada Miliasam (el actual Millàs). A finales del siglo XIII ya existía la Universidad o Asamblea de Madremanya, conjunto de jefes de familia que se reunía en la plaza del pueblo.

A lo largo de la Edad Media, toma forma el núcleo de Madremanya amurallado en la cumbre de un cerro presidido por la iglesia fortificada de Sant Esteve, de origen medieval.

Foto de la página: https://www.femturisme.cat/ca/pobles/madremanya

Además, Madremanya se encuentra ubicado a un lugar privilegiado, en medio del macizo de las Gavarres, un entorno que invita a pasear e ir en bicicleta, puesto que desde el municipio salen varios caminos que nos llevan a conocer lugares como, por ejemplo, el castillo de Millars; una ruta que asciende hasta el Santuario dels Àngels, conocido por ser el lugar donde contrajeron nupcias el genio Salvador Dalí y Gala; o la Font Picant, de propiedades medicinales.

Sant Martí VellMonellsCorçàCruïlles y La Bisbal d'Empordà son algunas de las poblaciones situadas cerca de Madremanya. La mayoría de ellas conservan el sabor medieval y algunas, como Monells, se han convertido en punto de peregrinaje turístico por su encanto y belleza.

TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:

https://www.catalunya.com/madremanya-2-1-635059?language=es

https://www.turismegirones.cat/es/municipi/madremanya/

https://es.wikipedia.org/wiki/Madrema%C3%B1a

VISITA OTROS SORPRENDENTES LUGARES DE LA PROVINCIA DE GIRONA EN EL ENLACE.

GIRONA

¡Vaya, qué nostalgia! Hacía la friolera de 34 años que estuve en Girona por motivos laborales, y la emoción de regresar era como un niño en una tienda de golosinas. Tenía tantas ganas de recorrer sus encantadoras calles y visitar sus impresionantes monumentos, pero esta vez lo haría de una manera mucho mejor, ¡o al menos diferente! Así que, armado con recuerdos y nuevas expectativas, estaba listo para redescubrir la ciudad que había dejado una huella en mi corazón.

En esta ocasión, acompañado de mi familia, la aventura por Girona comenzó a lo grande: ¡explorando esta encantadora ciudad durante varios días! Las famosas CASAS DEL ONYAR nos dieron la bienvenida, pintadas con colores vibrantes y con la Catedral y Sant Feliu como telón de fondo. Esta imagen no solo es emblemática, ¡es un auténtico espectáculo visual!

Nos adentramos en la FORÇA VELLAno sin dificultad pues mi esposa utiliza silla de ruedas (ver pdf accesibilidad), atravesando la antigua PUERTA DE LA GERUNDA ROMANA, la Puerta Gálica , actualmente Sobreportes, un viaje en el tiempo hasta el siglo I a.C., cuando los romanos levantaron este impresionante recinto que ha permanecido casi intacto hasta el año 1000. Esta puerta es una de las tres que formaban parte de la impresionante muralla de la ciudad. Y si miras hacia arriba, en el lado que da a la Plaça de la Catedral, te encontrarás con la imagen de una Virgen muy especial. Los prisioneros que se dirigían a su trágico destino solían rezarle en busca de consuelo.

Allí, la majestuosa CATEDRAL nos dejó boquiabiertos. Un impresionante edificio que se erige desde el siglo XI hasta el XVIII, quedamos maravillados por su mezcla de estilos arquitectónicos. Desde el majestuoso románico del claustro y la Torre de Carlomagno, hasta la grandiosa fachada barroca, cada rincón cuenta una historia. Pero lo que realmente nos dejó sin aliento fue su gran nave, construida entre los siglos XV y XVI. ¡Es el espacio gótico abovedado más ancho del mundo, con 23 metros de pura magnificencia! Además, solo hay una nave más grande en todo el planeta, y es la de San Pedro en el Vaticano. ¡Un verdadero tesoro arquitectónico!


¡Atención, amantes del arte y los misterios! Si te detienes un momento a observar las figuras en la fachada de la Catedral, justo encima de la estatua de San Pedro (que está ahí, firme y sereno en la esquina inferior izquierda), ¡puede que te sorprendas! Allí, camuflada entre los detalles, se asoma la cara del mismísimo Salvador Dalí. Sí, sí, ¡como lo oyes!


¡Prepárate igualmente para una experiencia mágica! Desde lo alto de los 90 escalones de la Catedral de Girona, podrás disfrutar de una puesta de sol espectacular. Allí tuvimos el privilegio de ver el sol como se va despidiendo, pintando el cielo de tonos dorados y anaranjados. 


¡Atención! Las personas con movilidad reducida harán la entrada a la Catedral por la puerta de la atractiva Plaça dels Apóstols.

Un precioso rincón donde también se encuentra el Palacio Episcopal y el Museo de d´Art de Girona.

Para llegara en silla de ruedas a la plaza, haciendo esquina con la subida de la Catedral, vimos la imagen barroca de la Virgen de la Pera (1785). El hecho de que la Virgen María lleve el apodo de la Pera, al igual que las escaleras, se debe a la fruta que la virgen muestra con la mano derecha. La escultura actual de época barroca sustituye al original del siglo XVI que hoy en día permanece perdida.


Edificio de la Pujada de la Catedral

También conocimos la que fuera primera catedral de Girona, papel que desempeñó hasta el siglo X la BASÍLICA DE SANT FELIU, uno de los edificios góticos más representativos de la ciudad, sobre todo por su esbelto campanario (s. XIV‐XVI). Con su apariencia de fortaleza, este lugar sagrado rinde homenaje al patrón de Gerona, Sant Narcís. Dentro de sus muros, se encuentran los restos del mártir San Feliu, quien sufrió las consecuencias de la persecución de Diocleciano en el año 305. Además, la basílica alberga ocho sarcófagos romanos y paleocristianos del siglo II al IV, así como un impresionante Cristo yacente del siglo XIV, obra del maestro Aloi.

Otro de los imprescindibles en Girona es el monumental templo de SANT PERE DE GALLIGANTS Y SANT NICOLAU, un verdadero tesoro del románico en Cataluña. Este monasterio benedictino, que data del siglo XII, deslumbra con sus impresionantes capiteles de la nave central y su hermoso claustro. La fachada, adornada con un magnífico rosetón, y el elegante campanario complementan la armonía de su ábside, creando un maravilloso conjunto. Este lugar alberga uno de los museos arqueológicos más antiguos de Cataluña, fundado en 1846. En él, se pueden admirar hallazgos fascinantes de excavaciones en la región gerundense (en particular, en Empúries y en la propia Girona), desde la prehistoria hasta la Edad Media. ¡Es un viaje a través del tiempo que no te puedes perder!

A los pies de la Catedral de Girona, una pequeña cúpula se asoma con gracia por encima de un edificio de piedra. ¡Es la linterna de los BAÑOS ÁRABES (enlace a nuestra publicación), una auténtica joya medieval que añade un toque mágico a la silueta de la ciudad! 

En nuestro paseo por las encantadoras calles de Girona, cada paso nos transportaba a rincones de una belleza excepcional donde el tiempo parece haberse detenido. Uno de ellos es el Call (BARRIO JUDÍO), una de las zonas más pintorescas de la Força Vella formada por un laberinto de estrechos callejones que parecen susurrar secretos medievales. 

Se trata de una de las juderías mejor conservadas del mundo y un homenaje vibrante a la rica cultura judía que floreció en Girona.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que es muy complicado para quienes se desplazan en silla de ruedas, ya que las pendientes pronunciadas y las escaleras se convierten en un desafío. ¡Pero no os preocupéis! Se puede visitar parcialmente por la Carrer de la Força, calle peatonal de plataforma única y pendiente de entre el 8 y el 12%, empedrada, que cruza la Força Vella de punta a punta.

En la Placeta L´Institut Vell puedes ver el detalle de las hendiduras verticales en la parte derecha de la entrada de las casas. Eran características de los hogares judíos, y servían para clavar un objeto alargado, que contenía un pergamino enrollado con versículos de la Torah llamado Mezuzá. En esta misma plaza, hubo una sinagoga en el edificio del fondo hasta hace bien poco.

La parte más pintoresca del barrio se encuentra en los alrededores de las calles de Claveria y Sant Llorenç. Además, al pasear por aquí, no podrás evitar que tus ojos se dirigan a las numerosas y hermosas aldabas que adornan las puertas de las casas. ¡Son verdaderas joyas de diseño!

Ya en el Carrer dels Ciutadans, antiguo centro de la burguesía urbana, nos topamos con residencias señoriales de interés como  LA FONTANA D’OR, ejemplo excepcional en Cataluña de arquitectura romántica civil con añadidos góticos. Este palacio medieval tiene elementos tan característicos como el soportal exterior con arcos románicos de medio punto, las ventanas tríforas de influencia islámica o el patio como eje central que une la parte románica con la gótica. Actualmente es la sede de las actividades culturales y exposiciones de CaixaForum Girona.


Esta parte del Barri Vell de Girona es un verdadero laberinto de sorpresas que tampoco deja de sorprendernos a cada paso que damos, descubriéndonos coquetos pasajes y locales emblemáticos que son pura historia, como el famoso Colmado Moriscot




Otro agradable enclave es la animada Plaça del Ví, un bullicioso rincón de Girona rodeado de encantadores soportales que invitan a disfrutar del ambiente o como nosotros, de una sabrosa cerveza artesana en una de sus terrazas. 



Aquí, entre risas y charlas, se alzan monumentos que narran la historia de la ciudad. No te pierdas el majestuoso Palacio del General, un impresionante edificio gótico-renacentista que fue la sede de la Generalitat en la región durante los siglos XVI y XVII. Justo al lado, el Ayuntamiento se erige con orgullo, mientras que el Teatro Municipal, un coliseo del siglo XIX, cautiva con su elegancia.


Lugares como la Rambla de la Llibertat, un vibrante espacio que cobra vida desde el siglo XIII para albergar animados mercados. Aquí, la historia se entrelaza con la modernidad, y te encontrarás rodeado de edificios que cuentan historias fascinantes. Uno de ellos es la espectacular Casa Norat, construida en 1912, que te dejará boquiabierto con su impresionante fachada modernista. O la Plaça de la Independencia, diseñada por el talentoso Martí Sureda en el lugar que alguna vez ocupó el antiguo convento de Sant Agustí. En su centro se alza, desde el año 1894, el monumento Girona, 1809, dedicado a los defensores de la ciudad y obra del escultor Antoni PareraEs la plaza por excelencia de Girona, un espacio porticado de gusto neoclásico muy concurrido debido a la presencia de numerosos restaurantes y bares. Este era el lugar elegido por nosotros para comer.

La arquitectura del modernismo y del novecentismo salpica el paisaje urbano de Girona, reflejando el crecimiento y la metamorfosis de la ciudad a principios del siglo XX.. Un paseo por sus calles, tanto del centro como de los barrios, es un recorrido por un museo al aire libre, que nos permite admirar edificios, casas unifamiliares y construcciones industriales de arquitectos de renombre como Rafael Masó (Bloque Batlle, Farinera Teixidor, Casa Masó, "la Punxa" y Casa Gispert Saüch); Eugeni Campllonch (Casa Franquesa); Isidre Bosch Bataller (Casa Furest y Casa Noguera); Joan Roca Pinet (Casa Norat y Casa Rigau); Josep Martí Burch (Bloque Auguet) y Enric Catà Catà (Destilerías Regàs y Destilerías Gerunda), entre otros. 




Admiramos buena parte de la belleza de su arquitectura; sus agradables plazas; y todavía nos quedaban los numerosos puentes que cruzan el mencionado río Onyar, desde los que tendrás algunas de las vistas más espectaculares. 

Sobresalen las del Puente de Piedra, construido en 1856 durante el reinado de Isabel II, después de derrumbar el puente medieval que había hasta el momento.


Pero no te quedes ahí, ¡explora también el famoso Puente de Eiffel, conocido como el de les Peixateries Velles! 




El Puente de San Agustín, cuya estructura toma el nombre del antiguo convento que funcionó en este espacio entre los siglos XVII y XIX.


Y el Puente de Gómez , también conocido como puente de la Princesa o puente de la Cruz Blanca, enlazando la subida de Sant Feliu, por un paso bajo un edificio, la Casa Miquel Gómez, con el paseo de José Canalejas.

Sin olvidar el Puente de Sant Feliu, donde, al final de este, se alza la escultural leona del siglo XII, famosa en toda la ciudad. 


La leyenda dice que si quieres regresar a Girona, ¡debes darle un beso en el trasero a la leona! Así que, ¡prepárate para una foto divertida y un nuevo ritual que te asegurará volver a este encantador lugar!


Otra leyenda más característica de Girona la podemos ver no muy lejos de la anterior. Se trata de la leyenda de las moscas de san Narciso. El milagro de las moscas sucedió, dicen, en septiembre de 1285, cuando el ejército del rey de Francia, Felip l'Ardit, asedió Girona con motivo de sus trifulcas con el rey Pedro de Aragón. Aunque la ciudad capituló sin lucha, los franceses, al entrar en la ciudad, se llevaron de manera ignominiosa: robaron, insultaron y oprimieron a los gerundenses; asaltaron iglesias haciendo risa de los objetos de culto y, finalmente, profanaron el cuerpo incorrupto de san Narciso, guardado en la basílica de San Félix, y le rompieron un brazo. Del cuerpo del santo empezaron a salir unas moscas gigantes que se pusieron a picar furiosamente tanto a los soldados franceses como a sus caballos. Y seguidamente de ser picados, los enemigos morían burlando. Este supuesto hecho ocasionó una multitud de escritos, sermones y leyendas y originó también la típica y tópica iconografía gerundense que liga indisolublemente la imagen de las moscas en la ciudad.


Más tarde, cuando en 1653 los franceses, mandados por el general Plessis-Bellière y el mariscal de Hocquincourt, asediaron Girona, otra vez salieron las moscas del cuerpo del santo patrón de la ciudad, aunque esta vez se limitaron a picar los caballos de los acosadores, causando la muerte a más de dos mil de ellos. Años más tarde, en 1684, mientras los franceses a las órdenes del mariscal Bellefond volvieron a asediar Girona, volvieron los insectos a picar tanto a los soldados como a los caballos, causando una gran mortandad. Durante la Guerra del Francés, los gerundenses volvieron a invocar a su santo patrón, y lo nombraron "Generalísimo de mar y tierra". Así, estos hechos milagrosos impregnaron al devocionario popular gerundense.

Allí también vemos el monumento “la huella de san Narciso” La historia nos cuenta que, a finales del año 304 de nuestra era, San Narciso llegó a Gerona con su diácono San Félix, y al principio del año 305 fijó Gerona como su residencia episcopal. Según la memoria popular, el santo obispo se instaló en una casa situada entre la calle de San Narciso, hoy calle del Pou Rodó, y la calle de las Mosques. En aquel tiempo, el cristianismo iba ganando adeptos, lo cual era visto por el imperio romano como una amenaza. El emperador Diocleciano ordenó la última gran persecución contra los cristianos, en la que acabaría sufriendo martirio San Narciso, junto con su diácono San Félix. A partir de los hechos históricos nace la leyenda: en una de estas persecuciones, San Narciso ideó una treta digna del mejor agente secreto para despistar a sus perseguidores. San Narciso huyó de la casa del Pou Rodó 5 saliendo por la ventana, pero se le ocurrió dejar una huella en el sentido inverso; es decir, como si entrara en la casa y no como si saliera de ella. Al llegar a la casa sus perseguidores, vieron la huella y, deduciendo que el santo se había escondido dentro, lo buscaron y lo rebuscaron por todos los rincones de la casa, dando tiempo a San Narciso a esconderse bien lejos. Actualmente la obra contiene la leyenda "toca la petjada de Sant Narcís i te'n sortirás" que quiere decir, toca la huella de San Narciso y saldrás de tus problemas.

¡Como un extra emocionante, no podemos olvidar que el casco antiguo de Girona ha sido un auténtico set de filmación para varias escenas de la icónica serie JUEGO DE TRONOS! Así que, mientras paseas por sus callejuelas medievales, imagina que eres un personaje de Poniente, listo para emprender tu propia aventura. Quién sabe, ¡tal vez encuentres un dragón escondido detrás de una esquina! 

Los escalones de la Carrer del Bisbe Josep Cartañà.



El Puente sobre el Río Galligants


O la encantadora Pujada de Sant Domènec, un cuadro que cobra vida, con la Casa Agullana y la Iglesia de San Martín como telones de fondo. ¿Sabías que aquí se han filmado escenas de grandes producciones como El Perfume y la épica Juego de Tronos? ¡No olvides tu cámara, porque cada esquina es digna de una selfie de película!

Y cómo no! Uno de los momentos más dulces fue cuando nos detuvimos en Rocambolesc, el encantador local de Jordi Roca y Ale Rivas. ¡Imagina esto! A pie de calle, se despliega un universo de helados que parecen sacados de un sueño, todo inspirado en el renombrado El Celler de Can Roca, que alguna vez fue coronado como el mejor restaurante del mundo. ¡Una sabrosa experiencia que nos dejó con ganas de más!








Y como si la experiencia no pudiera ser más increíble, ¡boom! Al llegar a las puertas del famoso restaurante, nos encontramos con ¡Joan Roca! No pudimos resistirnos a la tentación y nos lanzamos a capturar el momento. La foto, con el maestro de la gastronomía, fue la cereza en el pastel de una estancia mágica en Girona.



Aunque nuestra aventura  en la ciudad de Girona llegó a su fin, el deseo de volver es innegable. Hay tantos rincones por explorar y tantas historias por descubrir que sin duda, esperamos regresar algún día para seguir disfrutando de la magia que tiene para ofrecer. 

Rosetón de la iglesia de Santo Domingo

¡Así que, hasta la próxima, Girona!

Si deseas participar con alguna sugerencia sobre este municipio, agradecemos vuestros comentarios.

 Os esperamos en las próximas entradas y disfrutad del BLOG.

Un saludo de Mónica, Laura y Alberto.